NOTA. Escribí este artículo para la revista Elquijote, intento fallido de algunos soñadores, que tuvo su debut y despedida en el año 2001.
La última visita del cometa Halley, en Marzo del 86 (del siglo pasado), trajo novedades en su cola. Un nuevo término se añadió al vocabulario elquino: la palabra zen.
Primero surgió la Galería de Arte zen, de Fernando Valdés en Montegrande y, luego, el Almazen, de Marcelo Beringuer, en Cochiguaz.
La mayoría de los elquinos pasa y sigue de largo. Son más los afuerinos quienes las visitan. Pero, lo cierto es que visitas y locales por igual, quizás por no pecar de intrusos o ignorantes, siguen su camino preguntándose : ¿Qué será eso del zen?
El zen proviene de las enseñanzas del Buda.Buda es el nombre con el que conocemos al Príncipe Gautama , que alcanzó el estado de conciencia iluminada en India, hace 2.600 años.La palabra zen viene del Sánscrito dhyana. El Sánscrito es la lengua arcaica en que fueron escritas las Sagradas Escrituras de la India: los Vedas y los Upanishads, (3000-2000 A.C.)En tiempos del Buda ya no se hablaba Sánscrito, sino Pali, y la palabra dhyana había cambiado a jhana.
Bodhidharma, uno de los primeros iluminados después del Buda, llevó sus enseñanzas a la China. Allí la palabra jhana se transformó en ch'an y, con el correr del tiempo, en la actual zen, conservando siempre su sentido y significado de meditación.Cuenta la leyenda que este Bodhidharma, en su afán de mantenerse despierto durante sus largas jornadas de meditación, dieciocho o más horas diarias, optó por cortarse los párpados, los cuales, al caer en tierra sagrada, dieron origen a la planta del té en el Monte Ta de la China. De allí su nombre: ta ó cha ó chai. Té, en buen castellano y tea (tí) en inglés.
También se cuenta que después de su muerte se tuvo noticias de habérsele visto caminando de regreso a India, descalzo y con una sandalia en la mano. Al conocerse el hecho, se abrió la tumba donde fué enterrado y todo lo que se encontró fué la otra sandalia.
Posteriormente el Zen se difundió a Japón. En la actualidad se conoce y practica en todo el mundo.
Un monje le pregunta a su Maestro: ¿Qué es el zen?- ¡Entra!, dijo el Maestro- ¡No entiendo!, exclamó sorprendido el monje…- ¡Sal!, ordenó el Maestro.
"Durante treinta años me dediqué a entrenar caballos... ¡Y hoy fui pateado por un burro!" (Joshu)
Un buscador de la verdad, que conocía algunos secretos mágicos, cruzó el río caminando sobre las aguas para conocer al Buda, que acampaba en la otra orilla. El Buda le dijo: "Has invertido media vida para lograr esto…el botero sólo cobra dos monedas".
Otro monje pidió a Joshu ser instruido en el zen.- ¿Tomaste ya tu desayuno?- preguntó el Maestro.- Sí, lo tomé.- Si es así, lava entonces tus platos..
El discípulo zen ejercita su espíritu para convertirse en maestro de sí mismo, penetrando en su propio ser."Mediante el zen, el budista se hace más Budista y el cristiano más Cristiano", concluye Enomiya Lasalle, monje jesuíta de origen alemán, que ha vivido el zen por más de 40 años en Japón.
"Zen-tido" del humorA nuestro país le haría bien el zen…Si nuestras leyes fueran aprobadas por el Zenado.Y la zensura no castrara el arte, ( sigue adelante)
Enseñanzas del Zen
Tratar de explicar el zen es imposible. Es precisamente esa imposibilidad la que ha mantenido vivo su espíritu hasta hoy.El objetivo primordial del zen es la apertura instantánea y espontánea del espíritu, conocida como satori, iluminación.
El hombre perfecto usa su mente como un espejo, no retiene ni rechaza nada. Recibe, pero no conserva. (Chuang Tse)Desde este estado de conciencia, las cosas se ven como realmente son y no como quisiéramos que fueran. Desde la quietud del silencio, o desde el actuar consciente, evitamos los extremos...sin quitarle ni ponerle...
A propósito...Una chica rusa y un japonés se conocen, se aman y tienen un hijito. ¿Qué nombre le ponen?…¡Nikita Nipón! (derechos reservados)
Nuestro propio Valle propicia, naturalmente, una actitud alejada de los extremos: ni las profundidades abismales, ni las altas cumbres…plácido y sereno.Más de alguien se preguntará: ¿de qué sirve sentarse a ver pasarla vida ante nuestros ojos?. El zen no promueve la inacción, sólo nos recuerda que la acción sin sabiduría, nunca puede mejorar nada.
La mejor manera de aclarar el agua turbia, es dejándola reposar.
El zen no es una religión ni una doctrina.La vida es perfecta así, tal y como es, y el zen extrae su elixir esencial de la extraordinaria sencillez de lo cotidiano, entregando su enseñanza a través de metáforas, aforismos, el arte -caligrafía, jardinería- y la poesía.
El maestro plantea al discípulo el desafío de descifrar ciertos koan, especies de acertijos que enfrentan al estudiante a un enigma que no puede ser resuelto por medio de la razón, sino que debe encontrar una respuesta única, que sólo tiene sentido para él, a travéz de una captación intuitiva, de un estrellarse con la realidad y su sentido trascendente.
(viene de Zen-tido del humor)Si los azensores nos pudieran llevar más allá del último piso. Por supuesto, siempre y cuando los jefes no acozen a sus secretarias y ellas no acuzen a sus jefes.Tampoco se trata de que se nos pase la mano y el próximo Dieciocho de zentiembre bailemos la cueca de la conzentida. Por último, que los que se han ido… en paz descanzen.¡Que las gentes se organizen …y paguen con zencillo!En fin, que la periferia vuelva al zentro… y que todo cuanto aquí está escrito acerca del zen … z'entienda.
Vano es el esfuerzo de la hoja por aferrarse al árbol, cuando llega el otoño.La fugaz estrella que cayó del árbol del cielo, iba en busca de sus raíces.
